4.2.09

no tengo país

ni hijos ni clase pero tengo dedos

lengua

y tengo soul



25.1.09

articulando sueños



En noviembre de 1979, Herzog levanta un campamento para todo el equipo, bajo la densa lluvia tropical cerca de la frontera ecuatoriana. La geografía es perfecta, pero Herzog se ve involucrado en una situación tensa: a veinticinco millas del lugar, Perú y Ecuador se enfrentan en una guerra fronteriza. La selva está llena de soldados y los indios Aguaruna, quienes han vivido aquí por cientos de años, están muy sensibles. Y para empeorar las cosas, el gobierno peruano ha estado promoviendo la colonización dentro de la selva, un proceso que los indios no pueden evitar sin títulos legales para sus tierras. También sacan provecho empresas petroleras y aserraderos, la selva amazónica comienza a desaparecer rápido. Todos los meses ocho mil millas cuadradas son taladas. Se dice que para el año 2010 la totalidad de la cuenca del Amazonas quedará sin un solo árbol en pie.
Aunque Herzog ha alcanzado un acuerdo con los Aguarunas locales, pronto se ve enredado en una lucha de poder. Un consejo tribal de río abajo, recién formado, trata de establecer un lirerazgo político para todas las comunidades indígenas de la zona. Los miembros del consejo ven la película como una gran oportunidad para consolidar su posición. No todos apoyan el consejo aguaruna [...] Nelson es uno de los líderes de Aguaruna, que piensa que los indios deberían seguir trabajando para Herzog y su productor, Walter Saxer. El consejo ha ordenado su arresto. Acusándolo de traición, lo amenazan de muerte a él y a la compañía cinematográfica. La madre de Nelson está asustada.

Los Aguaruna comenzaron apropagar rumores en nuestra contra. Por ejemplo dijeron que, construiríamos un canal entre los dos sistemas de río, entre el marañon y el río Cénepa, y dejaríamos a la comunidad de Waiwaim como una isla, completamente seca. También circulaba rumores como que los descuartizaríamos y la grasa de sus cuerpos la usaríamos para cocinar; que violaríamos a sus mujeres y les haríamos todo tipo de daño. La prensa también propagó el rumor de que estábamos contrabandeando armas. Que mientras estuviéramos filmando destruiríamos sus campos. También que habíamos exigido que arrestaran a cuatro indios Aguaruna que estaban en contra nuestra [...]

Herzog está atrapado en medio de la selva con un barco de treinta toneladas, sin poder moverlo, y el tiempo se acaba. Necesita dinero para mover el barco, pero nadie invertirá al menos que el barco sea movido primero. A sus espaldas algunos actores hablan de irse si no reciben lo que ellos esperan. Sólo unos pocos, tanto indios como el equipo, creen aún en sus sueños[...]

No sólo son mis sueños, tengo la convicción de que todos esos sueños también son los de la gente y la única diferencia entre la gente y yo, es que yo puedo articularlos. Eso es lo que hace la poesía, la pintura, la literatura o el cine. Simplemente eso.


Fitzcarraldo [1982], W. Herzog

Música: A te, o cara; Il Purinati,  Vincenzo Bellini. Interpretada por la Orquesta Sinfónica del Repertorio de Lima y la Camerata Vocal Orfeo, dirigidos por Manuel Cuadros Barr

Texto:  Burden of Dreams [1982], Les Blank

29.11.08

La vergüenza nos duró un rato de silencio



Manca parado en el medio de la calle tiró la primera piedra. Entonces se le sumaron los cascotazos de los demás. No sé cuanto tiempo pasó hasta que sonó la alarma. Juro que el pecho se me salía. Tardaban demasiado. Pensé que saldrían los vecinos o terminaría la noche aguantando el reto de mis viejos cuando vinieran a buscarme a la comisaría. Me vino un fuego en la boca del estómago. Tenía el corazón en la boca. Éramos cuatro los que nos quedamos de campana. Marucha estaba como loca, movía los brazos para todo lados y decía cosas: que rápido, que se apuraran, que la puta madre. Noelia se comía las uñas sentada en el cordón. El Japo y yo no decíamos nada pero me di cuenta de que estaba tan cagado como yo, como todos, ¿para qué te voy a mentir? Formamos un grupito en esa esquina, en la misma cuadra del mercadito. Desde ahí podíamos ver cómo se iban prendiendo las luces de la cuadra. Los pibes de a poco iban saliendo y venían uno tras otro en carrera hacia donde estábamos, en fila india trayendo la mercadería. Allá venía Mario cargando cuatro botellas. Ariel, Manca y Lula: botellas y más botellas. Esa vuelta no estaba ni el Papa, ni Ramiro, ni Matías Punk. Tampoco estaban esas pibas, la de corte carré que no me acuerdo cómo se llamaba, y la otra con la que andaba siempre. ¿Dónde estarían esa noche todos los demás? Faltaba la mitad del plantel. Es que éramos como un club, ahora que lo pienso. Hicimos las dos cuadras que nos quedaban hasta la estación. Esas fueron fáciles. Se nos complicó un poco cuando llegando a La aviación por Rivadavia, en la plazoleta del obelisco donde terminaba el asfalto, tuvimos que esquivar los charcos y todo el barro que había dejado la lluvia. Cuando corríamos en el descampado del ferrocarril vimos venir los dos faroles del lado de Burzaco: era el Roca. Las piedras de las vías se nos clavaban en los pies, pero así y todo igual llegamos a cruzar antes de que pasara. Trepamos por las rejas de a dos, de a tres personas hasta subir al andén. Los que todavía estaban abajo, en la vía, nos alcanzaban las mochilas y todo lo demás que traían para hacer más rápido. Una vez arriba hicimos el recuento y faltaba uno: Maxi Kosteki. ¿Y Maxi? ¿Dónde quedó Maxi? Ahí viene, hay que bancarle la puerta, dijo alguien. Mientras saltaba la reja, con Ariel le tuvimos las puertas para que nos alcanzara. Fue el último en subir al tren y el primero en sacar las conclusiones: ¿Gaseosas? ¿nada más que gaseosas?, preguntó. Y todos nos quedamos mudos. “Somos una manga de boludos, Kosteki tiene razón”, se escuchó. Así nos quedamos un rato. Como serios, desilusionados, qué se yo. Después Lula empezó a reírse solo, con esa risa contagiosa. Y estuvo bueno eso porque detrás de él nos reímos todos. Alguien abrió una de las tantas botellas y la hizo circular en el grupo. Una de lima-limón, digo, por el color del liquidito. Amarillo es lima-limón, ¿no?
Botellas de gaseosas truchas, ese era el trofeo que nos llevábamos de la noche del saqueo al Blancanieves. Ya no me acuerdo muy bien qué más pasó después porque con Ariel cambiamos de vagón. Nos sentamos solos a devorar unos chocolatines que había rescatado. Esos Milkinis que comíamos seguido. Igual me parece que no volvimos a ver a los pibes hasta el otro día.


17.11.08

¡aleluya mahalia!

joshua fit the battle of jericho y
holding my savior's hand, londres (1964)

13.11.08

y no me vengan a hablar del nuevo-nuevo cine argentino



la casa del ángel, leopoldo torre nilsson (1957)


"Yo no era nadie , pup. Nadie me conocía y la única oportunidad que me dieron fue presenciar La Casa en un una salita bien lejos del boulevard Croisete, donde está el Palais du Festival, enfrente del hotel Majestique. Ahí se hospedaban todos los cajetillas. ¡Si los vieras! La cosa es que proyectaban mi película a las 15. No habían más de treinta tipos, pero eran lo mejor de la crítica francesa. Yo estaba tan nervioso. Me senté atrás de todo, lejos de todo el mundo. Beatriz no se despegó de mi lado, siempre tan gamba para todo. Terminó la proyección y empezaron a cuchichear entre ellos. De pronto se dieron vuelta y me clavaron los ojos. Tenía ganas de salir corriendo y creo que hasta ya me había parado para irme cuando empezaron a aplaudirme durante cinco minutos. Yo no reaccionaba y Beatriz me llevó del brazo hasta ellos. Pensé que me iban a preguntar por Río de Janeiro y los gauchos a caballo. Pero nada de eso, André Bazin, que desde el '45 tiene la manija de la crítica, me dijo: 'Usted es la revelación del festival'. Y a Eric Rohmer se le hacía agua la boca, me hablaba sin parar y lo único que le entendí fue que 'La casa del ángel' era lo mejor que había visto made in Sudamérica. No es poco. Sobre todo porque están locos con el cine norteamericano. Se dice que 'Friendly persuasion', la última de William Wyler, se va a llevar el premio. Según Beatriz, uno de voz gangosa que no sé quién era dijo que Elsa Daniel era la Ingrid Bergman del cine argentino. ¡Matamos, Polo! Bien merecido lo tenemos, porque este triunfo es de los dos, después de tantas claudicaciones de ambos. Todo eso ya es el pasado. Ahora ¿quién nos para?
Te extraño, Babsy.*
 


*fragmento de una carta publicada en el gran babsy, de mónica martin y extraído de leopoldotorrenilsson.blogspot.com

Todo acto en escena será cruel*




Skin, dirigido por vincent o'connell y basado en un guión de sarah kane (1995)

*a. artaud


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